viernes, 19 de septiembre de 2008

Ostias de realidad

" Vivimos convencidos de que un día las cosas que más nos gustan las vamos a poder hacer. Mientras, ahorramos para el futuro, para las posibles eventualidades, para el día en que podamos darnos gusto. Aplazando muchas veces nuestros más íntimos anhelos. Contentando a muchos, ilusionando a otros...dejando para el final lo que debía ir al comienzo.

Y así se van pasando las semanas, los años y cuando menos te lo esperas una mañana te levantas cansado, sientes el cuerpo, ese pobre maltratado que diariamente te ha llevado y traído sin quejarse, y vas al médico. Auscultación, análisis y al final, el diagnóstico: un bulto. Y tu castillo de sueños se desmorona.

Si alguien nos dice que para encontrarnos cara a cara con nuestro yo más profundo hace falta sentir la presencia cercana de la muerte, pensaríamos que está loco.

Pero, desgraciadamente, a veces es lo único que nos trae a la realidad. Sentir que el tiempo con el que contabas y que tú pensabas que sería eterno, se acabó.

Y es ese estado de incertidumbre cierta, el que te lleva dolorosamente a darte cuenta de que no viviste. Te pasa la película de tu vida en la cual te ves como figurante de escena. Una sombra sin protagonismo. Has vivido para otros y les echas la culpa. Crees que fueron ellos quienes no te dejaron y no te das cuenta de que fuiste tu quien se programó de esa manera. Si tienes suerte, la vida te regala otra oportunidad... Si tienes suerte. "


Quiero y necesito ser egoísta.

2 comentarios:

Rafa Delgado dijo...

El egoísmo domina el mundo y, a la vez, todo el mundo reniega de él, o eso aparenta hacer.

Viva el egoísmo, coño.

Jack dijo...

El egoismo puede ser algo justo o injusto pero como concepto de por si no tiene nada de malo aunque se empeñen en hacernos creer que si.

He dicho.