martes, 10 de febrero de 2009

Gato encerrado

La tierra de los muertos... Una peste a alcantarilla hirviendo, gas de hulla y plásticos quemados... yacimientos de petróleo...montañas rusas y norias llenas de maleza y enredaderas. No encuentro a Ruski. Grito su nombre...¡Ruski! ¡Ruski! ¡Ruski!.
Un profundo sentimiento de tristeza y aprensión. ¡No debería haberlo traído aquí! Me despierto con lágrimas corriéndome por la cara.

Ginger se comporta como Pantapon Rose, la vieja madame de una casa de citas de Saint Louis en Westminster. Siempre me relegaba a una alcoba tapada con cortinas a la salida, a no ser que me encontrase con uno de los amigos de mis padres al entrar. Una mujer dura y práctica, criada en una familia de granjeros de los Ozarks. Ginger era la dueña y señora de Ruski, siempre andaba por allí. Así que empecé a darle de comer con la esperanza de que se marchara. Qué detalle tan americano por mi parte: Quién es esa que está delante de la puerta? Dale algo de dinero. Que se vaya. Por supuesto no se fue. En su lugar, dejó cuatro gatitos de color marrón anaranjado en el porche de atrás, todos ellos réplicas de sí misma. Dudo que Ruski tuviera algo que ver en el asunto.

-William S. Burroughs- (no tengo tanto nivel de lectura en verdad, me lo han regalado xD)

Una reflexión sobre la relación misteriosa entre gatos y los seres humanos. Aunque en este caso más que misteriosa la llamaría oportunista. Si es que los gatos a veces son grandes animales de compañía porque son la mar de silenciosos y no molestan, no se hacen oír y eso hace que algunos dueños se descuiden de ellos, hasta que empiezan a desaparecer y querer emprender su camino. Entonces a los dueños les debe entrar la angustia o algo parecido, y quieren coger al gato, entrarlo a casa y ponerlo delante del fuego para que no pase frió. Pero solo se acuerdan ENTONCES, justo cuando el gato estaba decidido a marcharse con otros posibles gatos. Y yo me pregunto, eso es amor? O simplemente es el cariño lógico que se tiene hacia el animal de compañía? Es aquello de, necesito que estés ahí y seas mi gato, pero tampoco empieces a pedirme comida todo el día, dejame espacio.

Somos egoístas hasta para esto. Si lo somos para las cosas pequeñas como no lo vamos a ser para las grandes cosas... sí es que me he resistido a pensar en que el ser humano sea así por naturaleza como decía Freud, pero ya me he rendido. Todos actuamos mirando por nosotros mismos y nuestros intereses, así que me parece inútil buscar sociedades perfectas que no van con lo que el ser humano es. Casi 22 años me han hecho falta para darme cuenta de esto, que ilusa.

Largas batallas callejeras perdidas, sin tener opción a hacer la guerra. Ni líneas, ni cruces ni caminos que convergen. Un subrrealista sketch de muchachada nui, pero sin hacer gracia. El cartero sí tenía la culpa.

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